Textos para un Milenio
Emilio Castelar y Ripoll

Fue fray Filippo gracioso y elegante y refinado en extremo: brillante en las composiciones y en la variedad, en el colorido, en el relieve, en la orna­ mentación de todo tipo, imitada de la realidad o imaginada.

Del comentario sobre la
Divina comedia, de Dante Alighieri por
Cristoforo Landino (1424-1498)

El 18 de junio de 1421 -como consta en un documento firmado por el notario Filippo de Cristofano y conservado hoy en el Archivo de Estado de Florencia-, Frater Filippus Tommasii Lippi de Flo­rentia ("Fray Filipo hijo de Tomaso hijo de Lippo [scil. Filippo] de Florencia''), superado con provecho el año de noviciado, hizo solemnemente profesión, genibus flexis et manibus iunctis ("de rodillas y con las manos juntas"), ante fray Pedro de Prato, prior del convento, y ante el reverendo padre fray Giovanni Grossi, general de la orden carmelita. El escenario en el que tuvo lugar dicho acontecimiento fue aquella misma iglesia de Santa Maria del Carmine en la que Masolino y Masaccio empezarían tres años más tarde a dar vida a la obra maestra de la pintura del primer Quattrocento y en la que los carmelitas se habían establecido más de un siglo antes.

Del estudio introductorio en
Fra Filippo Lippi [Tomo I] por
Angelo Valastro Canale