Textos para un Milenio
Fernando de la Corte, O. Carm.
Estudio introductorio, edición y notas de Pedro J. Godoy Domínguez
Fernando de la Corte fue un carmelita reservado, cuya vida transcurrió, discretamente, entre la celda de un convento granadino y el aula de un seminario.
Como la de tantos otros frailes enamorados de la soledad y el silencio, del estudio y la oración, fue también la suya una de esas existencias casi anónimas, de las que se deslizan a ras del suelo, sobrevolándolo casi sin hollarlo, pasando inadvertidas a la mirada inquiridora de la Historia.
Pero no del todo. A mediados del siglo XVIII redactó un manuscrito, Flores del Carmelo de Andalucía, que se conserva en el archivo del monasterio de Santa Ana de Sevilla, y que hoy, casi tres siglos después de su redacción, publicamos en Textos para un Milenio. En su manuscrito, de la Corte describe, por un lado, la fundación de varios monasterios carmelitas andaluces de los siglos XVI y XVII: Belén y Santa Ana (ambos en Sevilla), Antequera. Utrera, Villalba del Alcor y Cañete la Real. Y. por otro, ofrece casi cuarenta biografías de religiosas, entre las que figuran relevantes fundadoras, como Beatriz Tinoco o Catalina de Jesús, y carmelitas de vida ejemplar, como Cristobalina Carrasco. Beatriz de Jesús o Luisa de Guzmán.
A través de sus relatos, el autor dibuja, en realidad, el modelo ideal de religiosa del Setecientos. Y. al mismo tiempo, quizá sin pretenderlo, proporciona al lector valiosos indicios sobre la vida cotidiana de intramuros, sus costumbres y sus conflictos, aproximándolo así a la dimensión real de la clausura durante el Antiguo Régimen.