Lina Farronato
2024 | 199 p. | ISBN: 978-88-7288-235-1
Isidore Bakanja (c. 1887-15 de agosto de 1909) fue un laico católico del Congo que se convirtió a la fe tras conocer a un sacerdote trapense que trabajaba como misionero en el país. Desarrolló un profundo amor por Jesús y por su madre, María. El día de su bautismo, en 1906, recibió de los trapenses un rosario y un escapulario de Nuestra Señora del Carmen. El nuevo cristiano vio en el escapulario una insignia de devoción a María: se sentía como revestido de su presencia.
El Beato Isidoro sufrió el martirio en 1909. Trabajando como obrero para SAB, Société Anonyme Belge, su patrón se opuso a que llevara el escapulario marrón y hablara de Cristo a sus compañeros. Ordenó que le azotaran con un látigo con clavos afilados. Pronto sucumbió a las graves heridas resultantes, pero no sin antes perdonar a su supervisor.
En los meses que siguieron al martirio de Bakanja se registraron más de 4.000 bautismos en la zona, fruto del testimonio de fe dado por Isidoro. Fue beatificado en abril de 1994 por San Juan Pablo II.