ill.-rstampa anastatica (abril de 2014). El libro se abre así con un amplio barrido que cubre el entorno histórico y religioso de los siglos XI al XIII en 170 páginas. No se diferencia de la emprendida, por ejemplo, por Franco Dal Pino en su Historia de los Siervos y de hecho Mosca reconoce su deuda con él, aunque no con su obra sobre los Siervos (p. 123, nota 92). Este capítulo se concentra en temas jurídicos y en los fundadores y reglas tempranas más cercanas a las de los carmelitas (p.140). Este tipo de síntesis es quizás la forma más difícil de escribir historia, pero el resultado no es muy satisfactorio. Mucho de él simplemente resume el trabajo fácilmente disponible de otros y Mosca construye una visión engañosamente simple y seductora de la iglesia medieval. Por ejemplo, el papel del papado se modela utilizando textos normativos sin reconocer las dificultades de implementación (en la página 115 simplemente registra que el "veredicto del tribunal papal podría sustituir a un gobierno o transferir su poder", como si esto no haber sido controvertido). Esta sección también está marcada por una extraordinaria ausencia de mujeres, incluida solo como una ocurrencia tardía en las páginas 169-170.